La creatividad vuela como los aviones y se va perdiendo en el tiempo, así como se pierde la vida, se pierde la magia y la inocencia, volando se van con el viento.
Una segunda niñez, fueron días, minutos, meses. Mi vida. Una y otra vez me recordó que no había reído, no había jugado no había crecido como debía. Había olvidado de golpe la magia y el poder de sonreír, y tenía que recuperarme, sin embargo, una extraña manera tenía el poder sobre mí y volví a sentirme dependiente.
El cielo y todas sus frágiles formas jugando con lo delicado y lo inocente, transformándose en laberintos para la imaginación en libros abiertos para el inconsciente...
Mi niñez se unió con mi presente. Y entonces no necesité mirar el cielo para sentirme en el.
El paisaje era perfecto, azul y libre. Suave a momentos. Jamás hubiese imaginado que era la predicción de mis propios sentimientos, de mi abstracto corazón, que permanecía quieto e injustamente olvidado.
En ese entonces no sentía aquel calor dentro pero estaba tranquila con algún sentimiento que germinaba en el corazón.
..."El cielo y sus formas frágiles a lo lejos, parecen algodón pegados en un lienzo azul. Jamás se sintió tan libre, jamás existieron momentos tan perfectos, no recordó un momento en el que se hubiese sentido mejor así pasó el tiempo hasta el día en el que pudo mirarle a los ojos para agradecerle y decirle... Vida mía"
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