Como de costumbre preparó café, la bebida perfecta para una larga noche. Como de costumbre un poco de leche y mucha espuma, capuchino, como de costumbre.
Llego a su habitacion llena de ideas, gracias al aroma y el calor del café que le acompañaban hasta en calor de los dias de verano, como de costumbre venía tan desprevenida que ni notó al principio su aucencia. Como de costumbre música, una melodia suave y tenue luz, como de costumbre un papel y un lapiz, pero luego del primer trago todo fue insuficiente.
Tuvo un recuerdo esperó un abrazo, su mente se transportó rapidamente, sus ojos se iluminaron y suspiró.
Un recuerdo. Uno de los miles de recuerdos hermosos que podía traer a su mente, solo con repetir su nombre, parte de sus sueños que alguna vez se hicieron realidad hicieron temblar sus manos, para entonces ya no podia explicar, no podía hablar, no podía escribir, estaba congelada. Solo sentía el aroma del café que le recordó la calidez unos brazos, el haberse sentido el ser mas afortunado y mas feliz del planeta, recordó la noche en la que miles de historias vinieron a su mente, en la que ni las estrellas se asimilaban a la hermosura de lo que estaba sientiendo y es que guardó tantos sentimientos en su corazón, hermosos e invaluables, los que no había sentido antes, tantos, que fueron suficientes para crear mil historias despues, aquellos que no la dejaban dormir himnotizada con la figura de quien la acompañaba, mientras su corazón latía rapido, mientras susurraba "Te Amo" un trago mágico, lo que el café y su magia podian traer, un bello recuerdo.
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